En este año la Editorial Miguel Ángel Porrúa coeditó con la UNAM el libro Teorías sobre la juventud. La mirada de los clásicos, coordinado por José Antonio Pérez Islas, Mónica Valdez González y María Herlinda Juárez Zozaya, investigadores del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias; al texto contribuyeron también investigadores del Seminario Sobre Educación Superior, el Seminario de Investigación en Juventud, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación y de manera especial el Consejo Iberoamericano de Investigación en Juventud.
Dice el CRIM: "Con este libro se inician las publicaciones del Consejo Iberoamericano de Investigación en Juventud (CIIJ). Los textos que se presentan no se consiguen en español, ya sea porque nunca han sido traducidos, porque ya no se encuentran en el mercado o porque su circulación fue muy restringida; en todos los casos, hoy es difícil que el lector de habla hispana tenga acceso a ellos. Esta obra, entonces, entrega la posibilidad de que la riqueza y trascendencia de los clásicos lleguen a nuevos públicos".
"El libro entrega a los lectores la posibilidad de pasear por las teorías sobre la juventud del siglo XX, comenzando con Ruth Benedict (1938) para cerrar con Michael Brake (1985). A lo largo de este recorrido, es posible observar que los marcos conceptuales, con los que se ha pretendido comprender a los adolescentes y jóvenes, se han desplegado discusiones relacionadas con la división que suele hacerse entre lo natural y lo cultural, entre lo individual y lo social, entre lo único y lo diverso. Pero el debate aquí consignado no sólo es la disputa sobre un concepto, en este caso, el de juventud. Mirándolo bien, lo que este libro testimonia es que el estudio de lo juvenil constituye un campo privilegiado desde donde se pueden conseguir y pensar los encuentros y desencuentros, los desafíos, perspectivas y axiomas de las ciencias sociales".
"El libro entrega a los lectores la posibilidad de pasear por las teorías sobre la juventud del siglo XX, comenzando con Ruth Benedict (1938) para cerrar con Michael Brake (1985). A lo largo de este recorrido, es posible observar que los marcos conceptuales, con los que se ha pretendido comprender a los adolescentes y jóvenes, se han desplegado discusiones relacionadas con la división que suele hacerse entre lo natural y lo cultural, entre lo individual y lo social, entre lo único y lo diverso. Pero el debate aquí consignado no sólo es la disputa sobre un concepto, en este caso, el de juventud. Mirándolo bien, lo que este libro testimonia es que el estudio de lo juvenil constituye un campo privilegiado desde donde se pueden conseguir y pensar los encuentros y desencuentros, los desafíos, perspectivas y axiomas de las ciencias sociales".
En el libro encontramos una herramienta fundamental para todos los que se interesan en los jóvenes como objeto de conocimiento de diversas disciplinas científicas.
Entre los ensayos se encuentran: “Juventud: un concepto en disputa”, “”La estructura de clases”, “La invención del adolescente”, “Juventud: una nueva etapa de la vida” y “Sabiduría callejera”. Con esta obra, se pretende aportar nuevo conocimiento que contribuya a la institucionalización de la investigación de la juventud.
Sobre la obra, José Antonio Pérez Islas reflexiona en el link que dejo en el título de este post a mis queridos tres lectores.
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